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Créditos: Gerald Rhemann & Michael Jäger — Farm Tivoli, Namibia (02 dic 2025).
3I/ATLAS: cometa interestelar con “anticola”
Por Barthélemy d’Ans – Planetarium María Reiche & Instituto Peruano de Astronomía (IPA)
¿Qué estamos viendo en la fotografía?
A primera vista, parece “solo” un cometa sobre un campo estelar. Pero esta composición tiene dos ingredientes que la vuelven especialmente memorable: el protagonista es 3I/ATLAS, un visitante interestelar, y además el encuadre incluye un objeto de cielo profundo como telón de fondo: la galaxia PGC 37444, captada como una mancha tenue cerca del cometa.
- Coma: la envoltura luminosa alrededor del núcleo, formada por gas y polvo liberados al calentarse cerca del Sol.
- Cola de polvo: más ancha y suave; son granos que reflejan la luz solar.
- Anticola: un rasgo fino, casi “en cuña”, que parece apuntar hacia el Sol (en realidad es un efecto geométrico del polvo).
- PGC 37444: una galaxia muy lejana que aparece como un parche difuso; aporta escala y “profundidad” a la escena.
En otras palabras: aquí no solo vemos un cometa “bonito”, sino un cometa con estructura compleja (anticola) atravesando, por pura geometría del cielo, un campo que incluye una galaxia de fondo. Es una coincidencia fotográfica que eleva la imagen.
Por qué 3I/ATLAS es especial
3I/ATLAS es un cometa interestelar: su trayectoria no corresponde a una órbita cerrada alrededor del Sol. Está de paso: entra desde el espacio interestelar, atraviesa nuestro vecindario y luego se alejará nuevamente. Por eso cada buena imagen se vuelve un documento valioso: capturar su morfología (colas, anticola, variaciones en la coma) ayuda a registrar cómo responde su material a la radiación solar en su primera y única visita observable.
¿Cómo se realizó la fotografía?
Esta imagen se obtuvo el 2 de diciembre de 2025 desde Farm Tivoli, Namibia, un sitio privilegiado por la oscuridad y transparencia del cielo. Se utilizó un ASA Astrograph 12" f/3.6, un sistema rápido que rinde muy bien para estructuras tenues como colas de cometas, junto con una cámara ZWO ASI 6200 MM Pro (monocromática).
La captura se realizó en esquema LRGB con una integración reportada de L/R/G/B = 20/6/6/6 minutos. En este flujo de trabajo, la luminancia aporta la mayor parte del detalle fino (coma, colas y textura del polvo), mientras que el color se construye con los canales RGB de forma controlada. Este enfoque es ideal cuando se busca mostrar estructura real sin “pintar” artificialmente el cometa.
La intención compositiva también es clara: además de registrar el cometa, el encuadre incluye la galaxia PGC 37444, lo que requiere buen control del fondo (gradientes y ruido) para que tanto la estructura cometaria como el objeto extragaláctico queden presentes sin que uno “mate” al otro. Esa combinación es una firma de astrofotografía cuidadosa.
Para saber más
- Sitio del autor (portafolio de astrofotografía): astrostudio.at
- Lecturas introductorias sobre colas cometarias (polvo vs iones) y efectos de perspectiva (anticola).
Descripción del fenómeno principal: la anticola (por qué “apunta hacia el Sol”)
La anticola es uno de los efectos más fascinantes en fotografía de cometas. Importante: no significa que el cometa tenga una cola que realmente vaya hacia el Sol. En la mayoría de casos, lo que vemos es un efecto de perspectiva asociado a polvo relativamente “pesado” (granos grandes) que el cometa dejó cerca de su plano orbital.
Ese polvo puede organizarse en una especie de lámina o abanico alrededor del plano de la órbita. Cuando la geometría Tierra–cometa–Sol es favorable (por ejemplo, cuando observamos esa lámina casi de canto), la proyección en el cielo se “comprime” y aparece como una línea fina que parece salir de la coma hacia la dirección del Sol.
- Qué es físicamente: polvo en el plano orbital y/o en el rastro de polvo del cometa.
- Por qué se ve tan fina: la proyección comprime la estructura al verla casi de canto.
- Por qué engaña: la dirección aparente puede quedar “invertida” por geometría, aunque la dinámica del polvo sea real.
- Cómo reconocerla: suele ser más recta, estrecha y con forma de “cuña”, distinta de la cola de polvo principal.
Cuando una anticola aparece tan marcada como en esta imagen, la foto se vuelve una herramienta didáctica perfecta: permite explicar dinámica de partículas, presión de radiación y, sobre todo, cómo la geometría de observación puede transformar la apariencia de un fenómeno real.
Rincón para astrofotógrafos
Captar una anticola clara (y, además, incluir una galaxia de fondo) requiere cielo oscuro, foco perfecto y un procesado disciplinado. Aquí van claves prácticas:
Planificación
- Efemérides: posición precisa, altura sobre el horizonte y velocidad aparente del cometa.
- Geometría: si tu software lo permite, revisa orientación esperada de colas y del plano orbital (para prever anticola).
- Composición: busca campos donde el cometa pase cerca de galaxias/nebulosas; dan contexto y “profundidad” a la escena.
Adquisición
- Exposiciones unitarias: ajusta para que el movimiento del cometa no “engorde” la coma. Muchas tomas cortas suelen funcionar mejor que pocas largas.
- Foco: confirma en estrellas cercanas (máscara de Bahtinov ayuda mucho).
- LRGB: la luminancia define estructura; el color conviene mantenerlo moderado para no exagerar señal débil.
Procesado (lo que marca la diferencia)
- Apila una versión alineada al cometa (estructura de coma/colas) y otra alineada a estrellas.
- Combina con máscaras para lograr cometa nítido + estrellas puntuales sin halos artificiales.
- Para resaltar la anticola sin “inventar” señal: contraste local suave + curvas con mucha moderación.
- Si hay una galaxia tenue en el encuadre: controla gradientes y no “aplastes” negros; deja aire en sombras para que el objeto de fondo sobreviva.
Consejo final: guarda también una versión de procesado “conservador”. En divulgación, comparar “natural” vs “realzada” es muy educativo y refuerza la credibilidad del resultado.